Una segunda mirada a las energías renovables
En los últimos 50 años, ha habido muchas preguntas abiertas sobre la fiabilidad, el coste y el impacto de las energías renovables.
Pero a medida que evoluciona el panorama energético, merece la pena echar otro vistazo. Exploremos algunos aspectos de las energías renovables que podrían sorprenderle.
Más de lo que parece
El sol suministra a la Tierra más energía en una hora que la que consume la humanidad en un año. El viento y el agua se suman a este enorme potencial. Aunque captar esta energía de forma eficiente es todo un reto, los rápidos avances tecnológicos lo hacen cada vez más viable.
¿La promesa? Un futuro en el que la escasez de energía sea cosa del pasado. No se trata de sustituir un recurso limitado por otro, sino de aprovechar fuentes que se reponen de forma natural y están disponibles en todo el mundo.
Un impacto diferente
La preocupación por el impacto ambiental es válida para cualquier fuente de energía. Sin embargo, cuando analizamos el panorama completo -desde la extracción de los recursos hasta su explotación a largo plazo-, las energías renovables suelen salir ganando.
Por ejemplo, aunque los parques eólicos afectan a los ecosistemas locales, su impacto es mucho menos grave que los efectos a largo plazo de los vertidos de petróleo o las explotaciones mineras. Además, muchos proyectos de energías renovables se diseñan pensando en la naturaleza, incorporando corredores para la fauna e incluso creando nuevos hábitats.
No se trata de elegir entre energía y naturaleza, sino de encontrar formas de que ambas coexistan e incluso se beneficien mutuamente.
¿Qué dicen los datos?
Veamos las cifras. Los estudios demuestran sistemáticamente que las fuentes de energía renovables son cada vez más eficientes y rentables. En muchas partes del mundo, ya son más baratas que los combustibles fósiles.
Pero no se trata sólo de costes. Si tenemos en cuenta la reducción de la contaminación atmosférica, la mejora de la salud pública y los beneficios medioambientales a largo plazo, las ventajas son aún más evidentes. No se trata de ideología, sino de seguir la pista de los datos.
El camino a seguir
Ahora bien, esto no significa que debamos -o podamos- pasar al 100% de energías renovables de la noche a la mañana. Es crucial adoptar un enfoque equilibrado que tenga en cuenta el impacto económico, la transición laboral y la seguridad energética.
¿La buena noticia? No tenemos por qué elegir entre prosperidad económica y energía limpia. Muchos países y empresas están encontrando vías de transición que crean nuevos puestos de trabajo, impulsan la innovación y fomentan el crecimiento económico.
Merece la pena pensárselo dos veces
Si hasta ahora se ha opuesto a las energías renovables, no le pedimos que cambie totalmente de opinión. Simplemente le sugerimos que vuelva a planteárselo. El sector evoluciona rápidamente y las objeciones de ayer pueden no ser válidas hoy.
Ante la creciente demanda de energía y los retos medioambientales, es más importante que nunca mantener la mente abierta a todas nuestras opciones. Al fin y al cabo, las mejores soluciones suelen surgir cuando estamos dispuestos a reconsiderar nuestros supuestos.
¿Qué opina usted? ¿Ha llegado el momento de dar un nuevo enfoque a las energías renovables?